En la introducción de la lectura de Sweeny, se va a exponer el actual olvido de la teoría económica con respecto a las relaciones interpersonales, es decir, a las relaciones sociales. Hasta tal punto, que al economista Robbins (citado en el texto), le molestaría la simple calificación de la economía como ciencia social.
Por ello, la economía no seria considerada en términos de relaciones entre hombres y hombres, como explica el autor, sino en términos de relaciones entre hombres y cosas.
El autor denuncia que la exposición de la teoría económica seria principalmente un proceso de construcción e interrelación de conceptos que han sido despojados de todo contenido específicamente social.
Sweeny tratara de probar estas afirmaciones, analizando el caso particular del concepto del salario, que en su opinión la teoría económica a vaciado de todo contenido social, hasta tal punto de considerar la relación entre el patrono y el obrero, que se expresa en el pago real del salario, como incidental y de ninguna significación particular en si misma.
Sweeny acabara declarándose en rebeldía con la doctrina aceptada, y buscará en la obra de Marx otra forma de entender el estudio de los problemas económicos.
A este fin, corresponde la subsiguiente explicación que el autor hace del método marxista, que no es otro que el de las “aproximaciones sucesivas”, definido de este modo: consiste en avanzar paso a paso de lo más abstracto a los más concreto, eliminando suposiciones simplificantes en las etapas sucesivas de la investigación, de modo que la teoría pueda tomar en cuenta y explicar una esfera cada vez mas vasta de fenómenos reales.
Sweeny a efectos explicativos de dicha metodología, hará hincapié en la importancia de poner de relieve lo esencial de la materia a tratar y hacer posible su análisis, verdadera tarea específica de la abstracción.
Posteriormente, ofrecerá algunos ejemplos y explicaciones de las formulaciones e hipótesis marxistas a menudo criticadas, en opinión del autor, por la inobservancia de la metodología asociada a las mismas.
L a economía política, será la rama mas estudiada por Marx, porque es en ella donde se puede observar el ímpetu del cambio social, diría el autor.
Marx observaría que la clave del cambio social, se encuentra en las relaciones de producción.
A este respecto, como explica Sweeny retuvo aquellos elementos del pensamiento de Hegel que hacían énfasis en el proceso y el desarrollo a través del conflicto entre fuerzas opuestas o contradictorias, siguió los conflictos históricos decisivos hasta sus raíces en el modo de producción, descubriendo lo que le llamo, conflictos de clase.
De ahí que exponga, que las relaciones económicas esenciales sean aquellas que están debajo y se expresan en la forma de conflictos de clase.
Para Marx, la relación económica principal es la que existe entre el capitalista y el obrero.
Por ello insiste en la necesidad de convertir a esta relación en el centro de la investigación, el poder de la abstracción debe ser utilizado para aislarla, para reducirla a su forma más pura, para poner la en condiciones de ser sometida al más concienzudo análisis, libre de toda confusión extraña a ella.
Ya ha sido entonces identificado “lo esencial” del problema a examinar, que sería en el caso de Marx, el cambio social.
A lo escrito anteriormente, el autor añade que el método marxista es eminentemente histórico, para Marx, la realidad social es el proceso histórico; el cambio social es el producto de la acción humana, pero de una acción que está limitada en forma precisa por la clase de sociedad en que tiene sus raíces.
El capitulo termina aludiendo a la capacidad de comprender la transitoriedad de los anteriores sistemas sociales, por parte de los pensadores no marxistas, pero al tiempo que esta facultad critica falla cuando se trata del capitalismo, para el marxista el carácter histórico del capitalismo, es una premisa mayor, por este hecho puede permanecer al margen del sistema y criticarlo en su conjunto. El autor reconoce lo anterior, no como una falta de inteligencia por parte de los pensadores no marxistas, sino como una cuestión de método, destacando de este modo la importancia del mismo.
martes, 24 de noviembre de 2009
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